lunes, 4 de abril de 2011

McViaje, Comidas, Caquitas, Albergues, Olores y Paises del Este...

Parece mentira que en un viaje tan largo y yendo las personas que íbamos, que todo haya salido a pedir de boca. Sin contratiempos, sin gastos de emergencia... todo tranquilo.

Salimos de Florencia cerca de las dos de la tarde el 26 de Marzo. Ibamos cinco personajes dignos de estudio, cada uno con sus cosas. Llegamos con bastante tiempo a Forli (bolonia) para coger el avión. Como era de imaginar tuvimos que reajustar las maletas por el peso y el tamaño, pero tras un par de horas de espera estábamos camino de Budapest.

BUDA-PESTE


Llegamos al hostal (albergue, hostel.. o como queráis llamarlo, porque es difícil de calificar.. ) algo tarde, animados por la motivación del viaje pero deseosos de dormir para estar bien por la mañana. Nos da el muchachito de recepción la habitación con dulzura y amabilidad, cosa que nosotros también recibimos con alegría y cariño. Al momento nos dimos cuenta que compartíamos la habitación con otras cinco personas que dormían apaciblemente en sus camas (todas menos el jipi raro que nos miraba y se balanceaba a la vez.. ). Que tuviéramos que compartir habitación era normal, pero el problema era que no había taquillas suficientes para todos. Queja al canto. Muchacho encargado que se agobia. Delira. Se pone rojo. Se disculpa. Va.. viene. Al final, descuento del 10% en las 3 noches en Budapest y las dos noches siguientes dormiríamos solos. Lo mejor de todo fue que al día siguiente descubrimos porque dormiriamos solos. El hostal se quedaba vacío, estabamos más cómodos allí que un apartamento Luxury en Benidorm.

Iván, Vilma y yo decidimos ir a buscar algo de cenar, porque con el estómago vacío no se puede dormir. Y mucho menos cuando habíamos visto que los HUFF eran un regalo del cielo... Kebab por 2'50 € en Huff parecían muchos, pero al final no era "pa tanto". El del Kebab quiso asesinarme con la salsa picante, aunque Vilma se empeño en decirle que no qeríamos... (no quieres arroz? pues toma tres tazas... )

Dormimos apaciblemente. Bueno, en realidad, creo que todos menos Raquel... porque se sentía observada por la de la litera de al lado que la miraba con cara de odio.
Turismo muy motivador el día 27. Estábamos a tope y la ciudad nos entusiasmo aun más.
Empezamos a pasearnos por media Budapest con nuestro querido autobús DN... que aparecía en cualquier rincón de la ciudad. Este día Vilma nos deleito con su gran parida del viaje, "tranqui", con un acento muy yanki, dirigiéndose al conductor del autobús... porque simplemente lo vio algo agobiado al señor.
Fuimos con el bus DN a la parte de la ciudad llamada BUDA.
[Y para los que no lo sepan como Raquel y yo... que caímos como media hora después, se llamaba Buda esa parte de la ciudad porque antes estaba dividida por el río. Hay una parte BUDA y la otra PEST---> BUDAPEST  ] 
En la parte de Buda esta el "Castillo". Que en realidad, no hay ningún castillo en sí, sino un gran recinto en lo alto de una colina con varias cosas a visitar. Esto a Marta Novillo le quedo claro cuando llegamos a Viena creo... 

El tiempo nos fastidio un poco, pero no consiguieron aguarnos la fiesta del todo. Seguimos pateando Budaypeste todo seguido. Iglesias, tranvías, McDonal's, HUFF parriba, HUFF pabajo, conversaciones de tipos de cacas... y monumentos.

Llegamos al hostal y fue ahí, en ese momento cuando nos dimos cuenta que estábamos más solos que la una. El albergue en cuestión para nosotros. Iván gritando desde el baño, "Vilma trae papel..", Marta desde la habitación que por dios pusieran la calefacción, Raquel en el ordenador... y yo, pues no sé, seguramente comiendo algo o esperando que el ordenador se quedara libre tumbada en el sofá....
Marta y Raquel deciden dormir juntas porque había un frío en aquella habitación que no era ni medio normal. Furby entra en acción por la noche y la rubia no duerme nada... La respiración de Furby llega cuando menos te lo esperas, empieza a dormir en menos de 3 segundos y ya no para hasta  después de la ducha.


El día siguiente, algo de mejor tiempo. Volvimos con nuestro querido DN hasta el "castillo" de BUDA para comprar la "fucking caja" y volvimos a bajar con las mismas... (después de un sufrido trayecto creyendo que nos habíamos equivocado, pero no DN nunca nos falló) para ir hasta el mercado central y comer algo.

A comer como cerdacos typical Hungría.  
Después de comer fuimos a reposar la comilona a un parque cercano a disfrutar un poco del sol, cerca de nuestro próximo destino. Hacía ese día unos 6-7 grados. Cerca de las 6 de la tarde teníamos todos el bañador puesto. Bajo un sol que no calentaba, nos paseamos por el balneario de Budapest. Muy chulitos todos disfrutamos de las piscinas a casi 40 grados. Regalo de los dioses. Nuestra primera incursión en el balneario fue en una sauna. 
Allí dentro por lo menos había 100 grados. Raquel e Iván aguantaron dentro cosa de 5 segundos, mientras Marta, Vilma y yo decidimos aguantar algo más. No tengo ni idea porque le hicimos caso a Vilma que quería regenerar sus poros dentro de ese horno. Al minuto empece a salir despavorida de aquella tortura, mientras me quemaba las plantas de los pies, la correa del reloj, las fosas nasales y otros orificios corporales. Allí en el balneario, nos encontramos con otro grupo de españoles que nos siguió durante todo el viaje. No sé cuántos eran exactamente creo que 12-13, porque para mi que se reproducían con el agua como los gremlis. Estuvieron con nosotros en el Budapest, hostal de Bratislava, en el tren hasta Viena, en la ópera de Viena y en Praga. Después de tantos encuentros no quisieron ser nuestros amigos... 


En una de las piscinas del exterior había una especia de remolino muy molón, bautizado por Vilma como "La Samba". El remolino empieza, nos arrastra a todos sin excepción. Bikinis fuera. Raquel entra en pánico. Risas. Ahogamientos. Más risas. Niña que clava pie en costilla. El remolino para. La calma.
Después de tanta aventura en "la samba" nos fuimos a la piscina de 38 grados que nos dejo moribundos. Te aconsejaban estar dentro unos 20 minutos. Nosotros dentro casi hora y cuarto. Salimos con la tensión que nos llegaba a los pies. Fotos pasando frío para vacilar de "no moreno" y de que habíamos estado en ese paraíso terrenal.
Con nuestra tensión más que baja volvimos al Resort a descansar para coger el tren a la mañana siguiente. 

Y por la mañana temprano camino a Bratislava. Cambio de país, volvíamos al euro después de tanto lío con los HUFF (hungry florin), cambio de personalidades... porque en Hungría la gente es amable, educada y apacible, pero cuidado... en Bratislava son algo más serios, estiercos y tienen mala leche...

----Próxima entrega Bratislava-Viena------

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