lunes, 4 de julio de 2011

Emozioni

Empecé este blog para contaros a todos lo que iba pasando por aquí, experiencias y emociones. Comencé a escribir 9 meses atrás, publicando las historias que iban sucediendo.

Recuerdo bien la sensación que tenía cuando bajé de aquel tren y ante mis ojos estaba ya Santa María Novella, Florencia se convertía por un año en mi casa. Pasear por sus calles los primeros días con ingenuidad, por un lugar que no conoces, por el que te dejas llevar. Ir descubriendo poco a poco los rincones que te gustan, los caminos más cortos para llegar a dónde quieres, o debes ir. Conocer bien las calles, en las que inevitablemente me perdía. Familiarizarte con el clima, el olor de sus calles, la lluvia que bañaba casi cada día esta increíble ciudad. Aprender. 
Experimentar mil y una emociones con las personas que te acompañan cada día y con otras que poco a poco descubres. Y Otras, que aparecen de improviso. 

Hace algo más de nueve meses que puse un pie en esta ciudad. Entonces la sentía una ciudad extraña, algo que tenía que descubrir y hacerla mía. Nueve meses después, a tres días de decirle adiós a todo, estar en esta ciudad... es estar en casa. Salir de casa y encontrarte con el Ponte Vecchio que se dibuja a lo lejos, con un sol de media tarde. Pasar por delante del Duomo cada día, viendo como miles de turistas se quedan extasiados por algo, que tú tienes la suerte de ver a diario. Beber entre amigos en las faldas de Santa Croce, con la plaza a tus pies. Ir paseando sin un rumbo fijo y acabar en la Signoria... volviéndote a cautivar por la grandeza del Palazzo Vecchio.
El aire se vuelve extraño cuando pienso en las despedidas, en tener que cerrar los ojos y despedirme de todo lo vivido. 
Cerrar una etapa que se acaba. Abrir otra. Recordar, recordar.. y no olvidar nunca todo lo que hemos sentido.

Tener miedo a dejar cosas atrás que llevarías contigo. Miedo de volver algún día y que nada sea lo mismo. Miedo de perder a personas que te han acompañado durante el año más increíble de tu vida. Experiencias. Risas. Sueños cumplidos. Viajes. Euforia. Incredulidad. Simpatía. Amigos. Bromas. Complicidad. Alegría. Felicidad. Melancolía. Añoranza... Amor.

De Florencia me llevo muchas cosas con más valor que cualquier souvenir. Un puñado de amigos, una sensación de haberlo vivido al máximo, de haber aprendido y de querer seguir el camino.

Ahora esa sensación es amarga, de algo que aunque no queramos se termina. Impotencia de no poder frenar el tiempo y disfrutar de todo un poco más, como la tristeza que siento cuando acabo de leer una buena novela... el no poder andar atrás en el tiempo y volver a empezar. 
Porque si pudiera rebobinar y empezar este año de nuevo, no creo que cambiara nada de lo acaecido. Igual, hubiera buscado la forma de que nuestros caminos se cruzaran un poco antes, para poder disfrutar un poco más de tu compañía y tu sonrisa. 

A todos los que me han acompañado en esta gran aventura, 
Gracias