Famiglia a Firenze

He llegado hace un rato de Bolonia y ya os echo de menos. 

Es raro volver a entrar en casa sin que me siga mi madre, que ha estado en casa conmigo cinco días.

El "trajín" de estos días, no sé a vosotros pero para mi,  a merecido la pena. El día de la llegada estabais radiantes. El solo hecho de que hayáis hecho ese tremendo esfuerzo para venir, solo para venir a verme, es el mayor regalo que podéis hacerme.

He intentado que vierais la maravillosa ciudad en la vivo y por lo que estoy tan feliz aquí. Solo espero que os hayáis marchado con un buen sabor de boca y contentos de haber hecho ese esfuerzo.

Veros caminar torpemente por el Ponte Vecchio, mientras cae una sutil pero incesante lluvia... es uno de los mejores espectáculos que me he encontrado aquí.

Aunque no lo creíais, me habéis dejado las mejores de las anécdotas... como mi abuelo quería hablar con todos y de todo en español, diciendo "si, si.. pero si a mi me entienden perfectamente.. ", y ves al tío que lo mira con cara de italiano rancio. Como quiere preguntar a un italiano, en el supermercado, que es cierta verdura, porqué queríamos nabo para el puchero y no lo encontrábamos... pero Antoñin empecinado en que era cuestión de preguntar. Y claro el señor, muy amable por cierto, se limito a leerle el cartelito que tenía la verdura, cosa que ya había hecho yo.... 

Como un "yo puedo" a cierta edad significa más. Los "yo puedo" de mi abuelo, casi nos cuestan a mi y a mi madre más de un infarto... porque los escalones fiorentinos tienen muy mala leche, mi abuelo no espera y casi llega a la acera de enfrente...

Como también teníamos que correr a cualquier bar cercano porque mi abuela se hace más pis que cualquier habitante del planeta tierra...
Porque también me quedo con la cara embelesada de mi madre al ver cualquier calle de la ciudad, ella ha captado a la perfección porque estoy bien aquí.

Risas y días en familia que no cambio por nada.

Yo mientras ellos terminan de llegar a Isla, aun parece que tengo entre mis manos, esa mano tan suave... una suavidad desgastada que solo se consigue con los años.

Ahora, una siesta reparadora porque en unas horas... vuelta a empezar, llegan dos terremotos a los que tengo que atender, hasta el domingo!
Bienvenuti Cugine ;)